Unschooling (I)

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A raíz de un material sobre unschooling que preparé para Pedagogía Blanca me quedé dándole vueltas de nuevo a nuestra experiencia de educar en casa a nuestros hijos.

Sí, nosotros – sin saberlo en aquel entonces – hemos utilizado esta manera informal de educarunschooling se traduce literalmente por «desescolarizar», pero los anglosajones lo usan para describir la manera de aprender/enseñar no escolar, no dirigida, no impuesta desde fuera por los adultos, lo que podríamos llamar auto-aprendizaje o aprendizaje auto-dirigido.

Visto lo visto, sin quererlo, todos practicamos aunque sea durante 5 minutos al día, el unschooling. Evidentemente, el efecto positivo sobre el desarrollo intelectual del niño es mayor cuánto más tiempo lo practicamos, pero incluso estos 5 minutos diarios son importantes en algunos casos. Es decir, todas las familias acompañamos a nuestros hijos en su proceso de auto-aprendizaje. Mucha gente no entiende el término, me preguntan, «¿Cómo, auto-aprendizaje? Los niños no aprenden solos, si los dejas no aprenden nada.»

Pues sí, sí que aprenden solos. ¿En qué sentido? Bueno, resulta que todos los mamíferos nacemos con el cerebro programado para aprender, adquirir conocimientos, copiar comportamientos y actitudes, crear y seguir pautas lógicas, todos los mamíferos, absolutamente todos – es lo que se llama curiosidad y es uno de los motores más potentes de nuestro aprendizaje junto con la necesidad. Sin embargo lo que aprendamos y copiemos depende del entorno y de los comportamientos y actitudes de los que nos rodean. Es como si fuésemos unas hojas blancas absorbentes y de gran calidad que luego se van coloreando solas con las tintas que encuentran por allí; para que el dibujo resulte bonito las tintas y los colores que haya alrededor también tienen que ser de buena calidad y en el mejor equilibrio posible.

Eso es lo que muchos padres no acaban de entender sobre la naturaleza del aprendizaje aunque ellos mismos lo viven y lo han vivido de niños: el aprendizaje verdadero y duradero realmente siempre es auto-dirigido. ¿Cuantas veces nos ha pasado que hemos intentado aprender algo impuesto desde fuera, sin motivación intrínseca, y no lo hemos logrado? O, si lo hemos logrado fue sólo durante un corto período de nuestra vida infantil y ahora está enterrado en el olvido?
Toda la enseñanza que nos viene impuesta desde fuera y no sale de nuestros intereses no se transforma en aprendizaje. Por lo tanto el método escolar está casi siempre condenado al fracaso – de hecho, esto es lo que ocurre desde que existe el sistema escolar, pero ahora se nota mucho más – y de ahí que lo que se enseña en las escuelas poco nos sirve como aprendizaje, entre otras cosas porque no lo hemos dirigido nosotros. Es como si tuviésemos que aprender a conducir viendo a otros conduciendo nuestro coche. Es imposible. El coche debemos conducirlo sólo nosotros; de la misma forma nuestro aprendizaje debemos dirigirlo sólo nosotros mismos, no otros.

Y cuando hablamos de unschooling a eso nos referimos, a que aprendemos así como lo tenemos escrito en los genes, no como se nos impone desde un sistema ajeno a nosotros. Es decir, si la curiosidad y la necesidad nos empujan a buscar nuevos caminos, lo primordial es seguirlos, no caminar sobre caminos ya conocidos impuestos por los adultos porque, en este caso, la motivación es nula al no tratarse de una elección propia.

En el unschooling lo más importante es la familia y la comunidad más cercana en la que vive el niño.

En otro post seguiremos hablando del unschooling y de qué se puede hacer como padres para fomentarlo.